hasta la década de los 60
1928
Nace en Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias). Sus padres eran Belén Gómez Cejas, aficionada a la pintura, y Manuel Morales-Clavijo González, industrial tabaquero. La muerte temprana de su hermana Carmen, en 1942, marcará el final de su infancia.
1940
Estudia en el Colegio de
1948
Ingresa en
1949
Realiza Torso (Venus canaria) (1949), cubilete con forma de torso de mujer en el que fusiona la concepción estética del objeto con la utilidad práctica de la escultura.
Es elegida Secretaria de
1950
Realiza su primer mural, Pescadoras, próxima al regionalismo de Pedro de Guezala, pero, a la vez, reveladora de un temprano interés por la estructuración geométrica del espacio compositivo.
1951
Participa en
Participa en el XLIII Salón de Artistas Tinerfeños, convocado por el Círculo de Bellas Artes de Tenerife. También acude a las convocatorias de 1952 y 1953.
1953
Su obra está presente en la 1ª Exposición Colectiva de Escultores Tinerfeños, Círculo de Bellas Artes de Tenerife, muestra que impulsó personalmente.
Sus piezas, vaciadas en yeso o piedra artificial, comienzan a incorporarse a colecciones particulares y oficiales.
1954
Contrae matrimonio con Federico Castro Torres y fija su residencia en la “Hacienda El Pino” de Tacoronte (Tenerife), localidad de veraneo durante su infancia y adolescencia. Frecuenta menos asiduamente el Círculo de Bellas Artes y aplaza sus estudios en
Nace su hija María Belén y, aunque sigue trabajando en su estudio, deja de participar en exposiciones colectivas durante tres años.
1958
Su obra está presente en
Participa en el concurso y exposición de Proyectos para el Monumento a Teobaldo Power, organizado por el Cabildo Insular de Tenerife en Santa Cruz.
Realiza su primera exposición individual en una improvisada sala de exposiciones en
1959
Surge una nueva actitud ante el arte, distanciada de la estancada vida artística capitalina, que reaviva su curiosidad por los materiales de su nuevo entorno rural, donde encuentra texturas y detalles abstractos que aflorarán en su obra. El hallazgo de viejas herramientas, artefactos oxidados, un yunque y un banco de carpintero en un polvoriento almacén de aperos le suscita nuevas ansias de creación y de aprendizaje, que la conducen al taller del maestro herrero José Almenar, donde aprenderá a trabajar el hierro y las técnicas de la soldadura y el remache. Realiza objetos utilitarios y esculturas de estética sobria, pues el trabajo con la plancha de metal conlleva una simplificación en el trazado de la figura. Con el nacimiento de su hijo Federico se produce una nueva pausa en su actividad expositiva, pero en su interior se está operando una transformación estética.
Tampoco está aislada. Artistas y escritores acuden a la casa de Tacoronte, donde se debate y discute en libertad sobre temas artísticos, culturales y políticos. Entre los visitantes habituales se encuentran Pilar Lojendio, Pedro García Cabrera, Maud Bonneaud y Eduardo Westerdahl, con quienes estrecha en estos años una intensa y duradera amistad; también artistas más jóvenes como José Abad.
1960
Organiza una colectiva en los Salones de
Se interesa por los pioneros de la escultura abstracta en metal —Calder, Julio González, Pablo Gargallo...—, creadores que avanzaron hacia la modernidad en el ambiente parisino del que hablan con entusiasmo Eduardo Westerdahl y, especialmente, Maud Bonneaud en sus visitas a Tacoronte.
1961
Participa en
A través del trabajo con láminas de metal, María Belén llega a la simplificación de las formas: un proceso de síntesis que difiere de la reducción del volumen emprendida por la abstracción orgánica o biomórfica.
Con Maud Bonneaud y con Tanja Tanvelius organiza
1962
En
Acude a
Las planchas de metal acabarán convirtiéndose en un mundo autónomo en la obra de María Belén Morales: al indagar en la superficie metálica se aleja de la realidad figurativa y desemboca en la abstracción con Dibujo en el espacio.
1963
Obtiene el Primer Premio de Escultura en
Se incorpora a la muestra roter reiter: exposición colectiva de arte actual, organizada por el Instituto Goethe, y abierta al público en el Círculo de Bellas Artes de Tenerife, con un collage de arpillera con papel de seda superpuesto, que actúa como soporte para una gran mancha roja, obra que refleja interés por cierta estética pobre.
Su obra está presente en la muestra inaugural de la sala de exposiciones temporales del Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, que abre sus puertas con su colección actualizada con piezas procedentes de los premios concedidos en los concursos regionales de pintura y escultura del Ayuntamiento de Santa Cruz, con motivo de las Fiestas de Mayo.
Toma parte activa en la fundación del grupo Nuestro Arte y participa en la primera exposición del grupo en el Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, cuyo director, Miguel Tarquis, pudo atraer las inquietudes creativas más renovadoras hacia dicha institución e impulsar la fundación del grupo, junto con los pintores Pedro González (1927) y Enrique Lite (1926-1983).
1964
Está presente en
Recibe el Primer Premio de Escultura por Canción de la libertad en
La actitud de denuncia marca también la pieza La esperanza me mantiene, cuyo título homenajea al poeta Pedro García Cabrera.
Participa en el Primer Salón de Arte Experimental de Canarias, Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife con Hidalgo (1964), realizada, como la anterior, con lajas de piedra y cadenas sobre lámina de hierro oxidado.
A pesar de su inequívoco posicionamiento ideológico, está presente en la exposición 25 años de plástica en Tenerife —subterfugio tras el que se ocultó la conmemoración de la paz franquista— en el Círculo de Bellas Artes de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife.
También expone junto al Grupo Nuestro Arte en la muestra Arte Contemporáneo en el Museo, organizada por
El Ateneo de
Se establece en Tacoronte la pintora polaca Vicky Penfold, alumna del pintor expresionista Oskar Kokoschka, que, a la manera de las academias francesas, convoca en su estudio a artistas para trabajar del natural. Este nuevo asedio a la anatomía humana influye favorablemente sobre la síntesis constructiva de la figura, que ya había emprendido a título personal en piezas anteriores, tal y como se aprecia en el mural para el Hotel Neptuno, Bajamar (Tenerife).
1965
El proceso de liberación del trazo y simplificación geométrica de la figura continúa al año siguiente en los blocs de croquis que completa en el taller de Vicky Penfold. Sus Estudios de figura (1965) realizados a la acuarela acaban enriqueciéndose con su aporte personal de imprimaciones que transfieren al soporte texturas matéricas. Con esta técnica, próxima al monotipo, realiza el Estudio para mujer flagelada (1965), acuarela que anticipa la escultura de idéntico título que vacía en piedra artificial gris, recientemente fundida en bronce (2009).
Cuando llegaba a su fin el año 1965, forma parte del grupo de doce creadoras que impulsa, junto con Tanja Tamvelius y Maud Westerdahl, la muestra 12 en el Círculo de Bellas Artes de Tenerife y en el Museo “Eduardo Westerdahl” del Instituto de Estudios Hispánicos del Puerto de
Contribuye a
1966
Tras la incorporación simbólica de objetos a sus ensamblajes, les concede una presencia más inmediata, procediendo a vaciar directamente el elemento natural en yeso: unas hojas de helecho y filodendro le sirven para concebir su mural Firmamento que presenta al concurso de proyectos para el Centro Ramón y Cajal (Vintersol) de Los Cristianos (Tenerife) en homenaje al científico y al conocimiento racional del mundo. Su proyecto fue seleccionado en
El I Salón de Verano, del Ateneo de
Con la técnica del modelado realiza el monumento a José Almenar, su maestro herrero, en El Prix, Tacoronte (Tenerife).
1967
En el verano la familia Castro Morales se traslada a Las Palmas de Gran Canaria. En casa del escultor Eduardo Gregorio, en el barrio de San Cristóbal, surgió el proyecto de crear un taller de cerámica junto con Lola Massieu y Jane Millares, iniciativa que no llegó a consolidarse por su retorno a Tenerife. De regreso se instala en Santa Cruz, donde, dada la proximidad de sus domicilios, se hace casi diario el contacto con los artistas e intelectuales de aquella comunidad espontánea surgida en la década de los sesenta, compuesta por Pilar Lojendio, Pedro García Cabrera, Domigo Pérez Minik y Maud y Eduardo Westerdahl.
La escultora desarrolla una interesante actividad didáctica, acogiendo en su estudio a jóvenes que prepara para el ingreso en Bellas Artes o Arquitectura y a niños sordomudos a los que incorpora a una dinámica de taller para potenciar su capacidad expresiva a través del dibujo artístico.
1968
Participa con la pieza Toro en la muestra Doce pintores y cuatro escultores. Exposición Homenaje a Óscar Domínguez, organizada por el grupo Nuestro Arte, en el Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz Tenerife, con motivo del décimo aniversario de la muerte del pintor surrealista. La pieza, que incorpora a su estructura de hierro la piel curtida de una res, se exhibirá también en el II Salón de
También contribuye a la colectiva Dibujos, Círculo de Bellas Artes de Tenerife.
1969
En abril está presente en
El alunizaje del Apolo XI marcaría de manera notable a María Belén Morales, que pronto relacionó la conquista espacial con el vacío existencial del hombre, convencida de que la frustración es el estado previo a la necesidad de búsqueda de otros mundos, el motor de la utopía.
El hueco, presencia importante en su obra, adquiere ahora un protagonismo dramático tanto en Pareja (1969) como en Mujer sola, con su anatomía facetada por fragmentos de láminas de metal compactados con masilla industrial y con el vacío en el tronco como metáfora de la desazón y de la alienación de los tiempos modernos.